El necio

Tarde un poquito mas de lo planeado pero aquí me tienen nuevamente.

Antes que nada quiero manifestar mi enojo con migo mismo por haberme olvidado de incluir en mi lista de temas del posteo anterior dos obras de arte (y encima en español). Una de ellas es “Eclipse de mar”, compuesta por Joaco Sabina, pero la versión cantada por Baglietto en su disco “15 años Baglietto”. No se la pierdan.
Y para la otra voy a hacer un párrafo aparte, porque en verdad es increíble, como toda la obra de su compositor. Su nombre es “Óleo de una mujer con sombrero” y el culpable de ella se llama Silvio Rodríguez. Mi admiración puede comenzar con la letra de la misma. Amo la ultima parte cuando empieza “La cobardía es asunto de los hombres no de los amantes....” o cuando canta “Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su cancion”. Dios esas cosas no las puede escribir un mortal!! Y ni hablar de la parte musical, la guitarra de este tema es algo angelical. Este cubano es un genio!! Pensar que se sube al escenario armado solo con una guitarra y su orgullo y frente a el tiene a un monstruo de miles de personas coreando su nombre hasta mas no poder.


Punto y aparte
Esto es mío..... espero les guste.....


Hace ya tres horas que esta sentado en el mismo lugar y no ha escrito mas de dos hojas, la ultima hace ya hora y veinte. Debe ser el tercer o cuarto café y nada. Nuestro hombre va al mismo café regularmente ya que, como leyó en los libros de varios escritores consagrados, era el mejor lugar para escribir. Pero nada. Ni un destello de creatividad que se le asomase. Esa era la cuestión, la creatividad. De chico escribía grandes historias acordes a su edad, pero en algún momento de su adolescencia perdió tal don. La creatividad. Recurso que tantos ansían y tan pocos poseen. Sin embargo el no desistía, y creaba distintos tipos de argumentos para auto-justificar la falta de hojas manchadas. Pero la cuestión es que nada se le ocurrió aquella tarde, o alguna otra otra.
Intento escribir sobre una bella mujer que vio pasar por la ventana. Esta sostenía una acalorada discusión con quien podría ser su pareja. Pero al tercer párrafo, aquel blanco volvía a aparecérsele, ese tiempo sin saber que escribir, esa falta de creatividad volvió a atacarle. Sin embargo, como necio que era, seguía intentando, hasta que el café tubo que cerrar sus puertas y nuestro fracasado escritor debió ser retirado como en veces anteriores.
El camino a casa era largo y triste. No podía sacarse de la cabeza el hecho de que nada interesante se le ocurriese que pudiera plasmar en el blanco papel. El se auto definía como un “diamante en bruto” y que algún día podría demostrar sus verdaderos, aunque muy escondidos, dotes como escritor.
Sus noches eran demasiado rutinarias. Cenaba alguna comida congelada que almacenaba hacia demasiado tiempo mientras veía la televisión intentando encontrar alguna película que reemplace su falta de acompañamiento. Luego leía algún libro que tarde o temprano iba a dejar, como tantos otros. Y así, se quedaba dormido con el texto en mano y las gafas sobre su nariz preguntándose porque no tenia a nadie con quien hablar y comentar las obras que leía o sus propias narraciones.
En su adolescencia tenia grandes aspiraciones. Siempre le gusto leer y escribir, pero también le apasiono la música, cuestión que con el tiempo menos atención le prestaba hasta que dejo de pertenecer a su estilo de vida. Era un verdadero soñador con un gran futuro, pero en algún momento, y sin darse cuenta, ese futuro se vino totalmente abajo. El intentaba no pensar en ello pero era cierto y no había día que no se atormentase con aquella idea. La idea de que ya no había sueños, de que había defraudado a aquel chico que alguna vez fue.
Por las mañanas iba a su odioso trabajo, que no vale la pena describir para no seguir fomentando la lastima de usted, lector, frente a nuestro personaje. Luego almorzaba y volvía al café, si no es que se quedaba dormido en su apartamento. Y así, todos los días de su existencia. Sin verdaderos amigos con quien hablar, sin familiares cerca que visitar, sin creatividad a quien acudir.
Pero todo es distinto. El adolescente de 15 años oye el llamado de su madre y este se despierta sin recordar lo que estaba soñando pero con un fuerte sentimiento de miedo, o lastima, o lo que fuere. Este parte al colegio con toda una vida por delante, haciendo tratos con el destino y planeando un nuevo futuro cada día, y cuidando a cada paso que sus sueños nunca se pierdan ni malgasten.


Nunca los abandonen..........


Frase del día:
"Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad."
Hector Tassinari